Mi nombre es Eder Cruz, tengo veinticinco años, soy economista egresado de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Parte de mi tiempo lo dedico a crear contenido sobre economía y educación financiera; actualmente también estoy enfocado en crear un proyecto sobre periodismo financiero.
Llegar hasta aquí costó mucho tiempo, esfuerzo y trabajo, pero también, superar dudas, miedos, incertidumbre, un sinfín de circunstancias, buenas y malas, que en conjunto me han dejado valiosas lecciones y experiencias.
Sin duda, una de las etapas más difíciles de superar fue la transición de ser universitario a integrarme al mercado laboral; para la mayoría de los casos puede ser un proceso complejo, agotador y estresante. Casi nadie se encuentra completamente preparado al llegar ese momento, es más, no dimensionamos el nivel de responsabilidad y trabajo que implica tocar puertas para abrirse camino.
A eso, se suman la poca o nula experiencia de recién egresados; la falta de herramientas, habilidades y hábitos extracurriculares, (se adquieren con el paso del tiempo y práctica). La precarización económica y laboral se han normalizado que se volvieron parte de la oferta y parte del día a día. Por otro lado, la presión social, a mi parecer, llega a ser lo más nocivo para el desarrollo en esta etapa de nuestras vidas.
Pero ¿a qué me refiero exactamente con “presión social”? Se imponen creencias y construcciones sociales erróneas sobre el éxito laboral y profesional, como la meritocracia (idea que el éxito se consigue a base de méritos y esfuerzo), el progreso a corto plazo y las altas expectativas sobre cómo debería ser el campo laboral. Las redes sociales y plataformas digitales juegan un papel crucial en este asunto, nos muestran en muchas ocasiones la inmediatez del “éxito”, en forma de Influencers, figuras públicas, personas que se hicieron “virales” o hasta conocidos, que han escalonado tan fugazmente, y lo poco que se habla de los procesos que vivieron para alcanzar lo que se considera éxito.
Hasta aquí, tanto tú como yo, que ya pasaste por esta situación o la estás viviendo, sientes que el tiempo vuela, que se va tan rápido como nunca lo habías notado y que no estás haciendo nada con tu vida o que los objetivos que te planteaste a cierta edad ahora parecen estar más lejanos que nunca y déjame decirte, te entiendo, ese sentimiento es de lo más normal del mundo.
Sin duda la realidad económica siempre va a estar ahí, latente y para bien o para mal es algo que vamos a enfrentar en algún momento; por otro lado, la percepción de nosotros ejerciendo en el ámbito profesional puede ser algo que podemos controlar o incluso moldear, evitar que se ponga en contra nuestra. La pregunta es, ¿hay alguna manera de cambiar y combatir todo este sistema de pensamiento?
En mi experiencia luego de pasar un montón de procesos, entrevistas y decepciones, aprendí algunas cosas muy valiosas que quiero compartir. Tal vez te sirvan, si estás viviendo esa etapa complicada o quizá, si ya lo viviste, te identifiques con algunas de ellas. Lo primero y lo más importante, es aprender a ser paciente en la vida, ¡pero tener paciencia en serio! Somos una generación que valora muy poco esta virtud, acostumbrados a tener la mayoría de las cosas de inmediato principalmente información, conocimiento y entretenimiento; está tan arraigado que cuando afrontamos situaciones de estrés en los que tenemos que esperar un poco más de lo normal, entramos en desesperación y nos sentimos hasta derrotados, pero no es así, no debería.
Lo que quiero decir, es que las cosas no se dan de la noche a la mañana, tenemos que trabajar y luchar por nuestros sueños a diario, pero como yo lo entendí,
por cada gota de esfuerzo que ponga en mi trabajo, debo de poner el doble de paciencia para ver mis objetivos realizados.
Entendí que nos encontramos en la mejor etapa de nuestras vidas para cultivar, experimentar..¡equivocarte!. Pocos llegan a los 20’s con pleno conocimiento del rumbo de su vida, si eres de ellos de verdad, te admiro. En caso contrario, recuerda que puedes experimentar cosas o actividades que llamen tu atención. Seguramente vas a equivocarte muchísimo, te vas a desesperar, vas a dudar de lo que haces, pero créeme, todo eso te dará conocimiento, aprendizaje y madurez. No importa que actividad sea, lo fundamental es que te apasione, te mueva más allá del incentivo de ganar dinero, estoy seguro de que hallarás.
Finalmente, sé que algo que tal vez nos cuesta asimilar es: tu felicidad y tu vida no dependen ni se definen exclusivamente por un trabajo, por mérito profesional o cuánto ganas. Y digo difícil de asimilar ya que es una aspiración que nos inculcan desde que somos niños. Ocupar nuestra vida en un trabajo que nos haga feliz, ¿eso es todo? Entiendo que siempre vamos a buscar la estabilidad económica y financiera en nuestras vidas y está bien, pero ¿a qué costo?
En mi camino me topé con personas jóvenes que tenían buenos puestos y salarios, un buen nivel de vida, pero en el día a día parecían ausentes de sí mismos, esperando el final del día laboral, cómo robots automatizados frente a un escritorio. Por otro lado, me topé con gente, emprendedora, con pequeños proyectos o negocios, quizás con menos ganancias económicas, pero apasionadas, con actitud, voluntad de trabajar y de hacer las cosas eran completamente distintas, quizá un equilibrio de encontrar una actividad que satisface las necesidades económicas y las personales, puede ser clave para crecimiento personal y laboral.
En conclusión, busca actividades que te apasionen, aprende, vuélvete un experto en ellas, pero también debemos ser conscientes que vamos a equivocarnos y está bien. Posiblemente, lo que decidas emprender, hacer o ejercer, en principio no te deje remuneración, mi recomendación: busca un algún trabajo que te permita tener un ingreso fijo y ahorrar, en paralelo haz aquello que te gusta, así podrías equilibrar tu vida por un tiempo. Trabaja y haz todo lo que esté en tus manos para construir y lograr tus objetivos, pero recuerda, hay que tener paciencia para visualizar el resultado de nuestro esfuerzo.
¡Mucho éxito mi amigo!
¡Gracias!
El contexto apremia, incluso aún sin pandemia. Esa parte en la que se toca la felicidad y la pasión, es algo que no valoramos tanto cuando iniciamos la vida estudiantil y laboral. ¡Mucho éxito con este blog y demás proyectos!
¡Amigo, gracias por tomarte un momento para leer este texto y por tus palabras!